Wednesday, September 14, 2005

:: s i l l y . l o n g . d a y ::

Listening: Cirque du Soliel - Theme (3:20)
Mood: Borderline disorder© LolaArt.net


Bien. Hoy estaba en mi trabajo, quitada de la pena, chambeando como de costumbre cuando de pronto oigo un tremendo "PLUFFCK!". Obvio, me quedé quieta, no fuera a ser que por fin me había estallado el corazón, o los oidos, o algo así. Parpadeo, no sangre, no mareo, nada, así que no fuí yo la que hizo "PLUFFCK!".

Acto seguido, pánico. ¡Mi celular! ¡Oí un tremendo "PLUFFCK!" y mi celular estaba ahi! ¡Y su pantallita estaba en negro! ¡Nooooo! llévame a miiiii! ... No mejor no. Así que sin más clamar justicia divina, tomo mi pequeño y hermoso celular on cuidado entre mis manos... e intacto el cabrón. Tampoco tenía nada.

Hum. ¿Que habrá sido es "PLUFFCK!"?... No. ¡La máquina! ¿Ahora con que trabajo?... ¿Y porque me preocupo? Esto podría significar el día libre en lo que la reparan y mientras puedo irme a dormir a mi casita, en donde tengo mi computadora shula libre de peligro... digamos.

Pero no huele a quemado ni nada, y el monitor también se ve intacto. En eso, otro colosal "PLUFFCK!". ¿Qué fué? ¿De donde vino? ¿Habrá sido el laser del mouse? ¡Ahá! Seguramente. El miserable cursor ya no se mueve. So, reviso el mouse por abajo y veo que el laser parpadea irregularmente. Eso es raro. Bueno, no puede causarle más daño que le saque las pilas y lo deje morir en paz.

Y justo en eso otro "PLUFFCK!", en mis manos, y casi suelto el mouse. ¡Ya sé que hizo tanto "PLUFFCK!", todo este tiempo...

¡Me estalló una pila!

Así como lo oyen (leen, más bien). Me estalló una pila, una de las dos que usa el mouse para funcionar inhalámbricamente. Obvio, al sacarla del mouse, me ardí un poco con sus supurantes líquidos, miserable pila unabomber agonizante. Me dicen que esas cosas no le pasan a la gente común. ¡Ei! Yo no soy gente y tampoco común. Casi, casi pero no. Mi vida se plaga de cosas que no le pasan a cualquiera. Pero esta me sorpendió a mi tambien. Me estalló una pila...

*sigh*

Hoy fuí dos veces a la universidad, una en la mañana y otra en la tarde. Eso, para recoger mi mentada carta de liberación del servicio social (que en mi facultad no nos titulamos si no hacemos servicio social). En la mañana ni sabían donde estaba pero si no la recogía a la de ya, la mandaban a perpetuidad al archivo y jamás volvería a verla. So, regresé en la tarde, con cuatro identificaciones, tarjetón, las cartas que tenía de la solicitud del servicio y la terminación del mismo, un reciente reporte de actividades, listo por si tenía que corretear a la secretaria del programa para que me lo firmara una vez más, un rosario y agua bendita (con Nestea) por si las dudas.

Por fin me la dieron y mi abuela casi se suelta a llorar de felicidad. Para ella es muy importante que al fin uno de sus nietos esta terminando la carrera, esta trabajando y en general, no esta tirado en casa todo el día como otros. Se la pasó dándome las gracias como si fuera algo para ella, y en el fondo, lo es.

Mi abuelita es una de esas viejitas que me dan una ternura impresionante y a la vez me crispan los nervios. El otro día, hice ocio de literalmente estar chingando a mi madre, en buen plan. Lease, hablaba sin parar, críticaba con una sonrisa burlona lo que hacia, brincaba por toda la casa cantando lo más desafinaba que podía y haciendo una comitiva de 2 perros y 4 gatos que la seguíamos a todas partes de la casa, entre aullidos (mios y de los perros) y maullidos (mios y de los gatos). Obvio, después de media hora y en su baño, en donde la seguimos para bañarse, mi mamá se colma totalmente y me dice:

-Ve y chinga a tu madre (supongo más por costumbre que por otra cosa).
-¡Eso precisamente estoy haciendo! (esto dicho con la sonrisa más inocente que pude poner).
.silencio.
.más silencio.
(Mom doesn't like when I am a smartass)
-¡Entonces ve a chingar a tu abuela!
-Señora, si señora. Pero le digo que es de tu parte.
Acto seguido, me doy la media vuelta, y con mi comitiva de perros y gatos, llego al cuarto de mi mamá entre saltitos al más puro estilo de "brinco, salto y corro feliz por los valles", donde estaba mi abuelita, en un ultimo y ridículo salto, me planto frente a ella y anuncio con voz muy alta (porque ya no oye tan bien como antes... o eso nos hace creer):

-¡Abuelita! ¡Vengo a chingarte!
En ese instante se le iluminó la cara como si fueran a darle un regalo y con una sonrisa me dice:

-Bueno. ¿Qué vamos a hacer?
No sé si no me entendió, o por el contrario, me entendió perfectamente. Pero ya no pude seguir con mi malvado plan y me conformé con sentarme a platicar con ella un rato, desarmada completamente. Caray... tanta felicidad ante semejante anuncio le quita a cualquiera su chingativa inspiración. Esas son las cosas que suele hacer mi abuela, ama y señora de la agresividad pasiva, y a pesar de todo, yo la adoro. Pero que no vaya a enterarse.

*doble sigh*

También hoy llevamos a Jack al perriatra. Digo llevamos, refiriéndome a Bono y a mi, que mi madre fingió demencia, gacho. Y es que aunque tuvimos una dicha enorme de tener gatitos bebes en casa, por un momento pensé que nos quedaríamos con todos y mi madre me hizo caritas de "más te vale que no", so, para evitar la siguiente camada (que además no sabría ya a quien regalarle gatitos), pues estabamos en la obvia decisión de operarla.

Y como amo a mi gat@, cuando me dijo mi hermano que la llevara a uno de "esos centros donde te operan al gato gratis", dije NO. De por si, mi pobre fierecilla es una neurótica, tuerta y profundamente lastimada desde antes de llegar a mi casa, corriente y callejera a más no poder, en uno de esos lados no la van a cuidar como lo que realmente es: la gatita más hermosa, adorable y tierna que hay en el mundo para mi. Si le pasaba algo, yo me vuelvo loca de dolor.

Así que la opción obvia era el perriatra familiar, o como el mundo lo conoce, Manuel Appendinni, veterinario. La dejamos ahí, para recogerla hasta el domingo, entre el ayuno que necesita para la operación y la recuperación.

Me mató de ternura cuando Manuel la cogió de la mesa para llevarla a una jaula y ella se cogió con sus patitas delanteras... y todas las uñas disponibles. Yo estaba a un lado y cuando me acerqué a soltarle las patas, retrajo las uñas como para no lastimarme y se cogió sólo con los deditos, de mis manos.

...Y ahi se quedó ella solita, con un cacho de mi corazón...

Ya quiero que sea domingo. La extraño demasiado.


+Meow...+

[Your thoughts]

1 Comments: [Your Thoughts]

Anonymous Anonymous said...

Suerte con Jack. Pronto, Isa, Pronto estara de regreso. ¿y sabes?

Hablando de retornos. Es extraño leerte a veces, no de manera horrenda con cara de WTF, sino, de forma curiosa/ intrigante, En cada post das brillos de cada una de las partes (muy diferentes entre si) que te hacen tan propiamente tú. Tantas facetas que conectan en un vértice de total tu-idad. O er.. algo así. Y sabes, Así es exactamente como se te extraña.

Cuidate mucho, disfruta el fin, sonríe. :)

10:50 pm  

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