Thursday, April 21, 2005

:: p l a n t s + m o m ::

Listening: Santa Esmeralda - Don't Let Me Be Misunderstood
Mood: Ranting © LolaArt.net


Mi madre tiene una nefasta compulsión: las plantas.

Mi jardín...
© aislingSgrios


En jarrones, macetas, vasos, copas, platos, cajas, bolsas, jardin, jardineras y demás, llena la casa como si de plaga se tratara.Y obviamente, tantas benditas plantas tragan agua como vagabundo en desierto. Bambúes, manzanos, malbones, copal, lirios, capa del ray, manto de la virgen, higueras, granadas, aguacates, rosas, piracantos, shady susan, carnívoritas, maracuya, petunias... de todo un poco, por todas partes...

Las escaleras dejan de ser construcción humana para el paso de meros mortales y se vuelven centros de exhibición del nefasto verde ecologista, en todas sus floreadas glorias. Obvio, cada que mi abuelita viene a la casa se queja de la escalera, que con tanta maceta ni puede subir bien. Y la que da a la azotea esta peor. Perros, gatos y yo, tumbamos las benditas plantas a cada rato y mi madre se pone energúmena, como si le hubieran matado a un hijo en semejante accidente catastrófico.

Hace unos meses, hasta su pequeño segmento en la radio tuvo, y hablaba de las plantas como pronta salvación de la psique, refugio de las almas atribuladas. Al diablo con la iglesia y el consuelo de la fe, o el sano gasto en psicólogo, que se matan 4 años en una carrera para aprender a oir a locos delirantes sin que se les vayan al cuello.Para ella, la paz mental se encuentra en regar plantas y atender su amado jardín. E insiste en compartir ese remanso de tranquilidad espiritual con sus herederos, mi hermano y yo.

Con lo que nos gusta...

Y es que mi jardín a veces parece trampa mortal. El rosal tiene espinas, que cuando te clavas una, te deja la parte aguijoneada en calidad de inmóvil una semana. Para los que vieron La Bella Durmiente™ de Walt Disney™, es igualito a toda la enredadera espinosa que corta el príncipe a punta de espadazos, sólo que con pequeños botones de rosa en algunas partes, cuando es temporada. Ya una vez me bajé con la espada a darle un rato, para el horror de mi madre. Ella quiere que lo pode como si fuera cosa corriente, sin tomar en cuenta que es una planta ponzoñosa. Luego tenemos al piracanto, arbustito simpaticón hasta que llegamos a las espinas. Esas inflaman el piquete y las ramas las tiene uno que serruchar a veces, de lo guesas que se ponen. Para colmo de males, me tengo que subir a una escalera contrahecha, de esas que se tambalean en los peores momentos de un lado a otro, y yo acrofóbica, no hacemos una de todo. Ya varias veces me caigo encima, directamente. del mentado piracanto, y me paso la semana lamentando mi pinchado estado.

Lo que a mi madre más le gusta ponerme a hacer son los hoyos para plantar una cosa. En mala hora se dió cuenta de que tengo buena puntería con el pico y el hacha, y con eso de que mi hermano se machucó la mano con la primera, única y última vez que uso el pico, ahora siempre que hay un hoyo por hacer, me toca a mi. Mis benditas perras, no cavan (que si lo hicieran, las agarran a patadas igual). Y mi sacrosanta madre es bien decidida, así que en lugar de traer la planta de arriba para abajo, a ver en que lado del patio se ve mejor, me pone a hacer el maldito hueco en la tierra, una y otra vez, para ver cual hoyo se ve mejor.

Luego, a recoger hojas... por lo menos Otto. A mi me toca recoger otras cosas: regalitos. Ya saben de cuales.Y dos perros y cuatro gatos dejan muuuuchos regalitos. Ya que terminamos con el jardín, terminamos insolados, cansados, batidos de tierra y polvo, sudorosos, babeados de perro, francamente apaleados. Paz mental, mis polainas. Subimos a rastras de regreso a la casa, malencarados, hambreados, sedientos, molestos y frustrados, porque mañana conque sople tantito el aire, todo el trabajo se va a la goma.

Justo ahorita me acabo de estrellar con el jarrón de metro y cacho que puso junto a mi puerta. Tiene una planta monona, llamada pluma de indio, de hojas alargadas con el centro magenta.Jarrón y yo nos fuimos al suelo, Cuando mi madre oye el escándalo, se levanta, prende las luces (que por eso no vi la pinche planta), levanta el jarrón, lo revisa y me regaña porque se le quebró un asa ("¿Yo que? ¡la perra lo reventó todo la semana pasada!"). Su hija, primógenita y demás, tirada en el suelo, bien gracias. Ya tengo el moretón de la semana, unos 3 cm de piel oscurecida de mi sangre derramada .. por debajo de la piel. Y como me duele (soy quejumbrosa... ¿y que?).

Gracias mamá por preocuparte! (ya se en cual asilo voy a meterte, sólo deja que envejezcas un poquito más)...


+Green is life...b*******!+

[Your thoughts]

2 Comments: [Your Thoughts]

Anonymous Anonymous said...

Comprendo tu adversion hacia lo verde...

8:46 pm  
Anonymous Anonymous said...

Jajajaja, pues se te entiende, mi madre es parecida(parece q todas las madres estan hechas del mismo molde), hay una bugambilia en mi casa, tiene unas ramas no tan grandes pero sus espinas si q pican, q pasa, como soy el mas grande de la casa, ayy, no alcanzo ese lugar, ven a cortar eso, pues ya q, a cortar, igual, termino de cortar, ahora recoje y corta eso en trozos mas pequeños para q se lo lleve la basura y ahi estoy sin guantes picandome con las espinas de la bugambilia tratando de romper sus ramas q por si fuera poco como apenas fueron cortadas pues aun tiene mucha elasticidad y como tienen cierto grosor, pues no se pueden utilizar las tijeras asi q.... a rezar para q salgas con la menos cantidad de heridas >.<, suerte con tu jardin

Darkwolf

5:02 pm  

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