Tuesday, July 26, 2005

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Listening: Silent Hill 4 OST - Your Rain (4:42)
Mood: Tiredly numb© LolaArt.net


Hablemos de cosas agradables. Como mi fin de semana por ejemplo...

El sábado tuve una boda.. Judia de hecho, lo cual de antemano la hace particularmente diferente. Admito que no tenía particulares intenciones de ir, irremediablemente. Aunque debía, hecho obvio, ya que se trataba de la boda de una amiga/prima de la infancia, con la que crecimos juntos, ella y yo y nuestros respectivos hermanos.

Hace dos años se casó su hermana menor, Mariana, y aunque la boda no fué de bombo y platillo retumbante, al menos era católica y yo me sentía a mis anchas en la fiesta. Mala mi suerte que mi hermano se sintiera particularmente incómodo en esa ocasión, porque tenía un particular "crush" con Mariana.

Para la boda de Ana Paula, la mayor y de mi edad, la cena era de gala, etiqueta rigurosa, en los salones del Camino Real de Polanco. Yo admito ser peculiarmente vanidosa, así que cuando se acercaba la hora, pasé un rato arreglándome, según yo, con buen tiempo. Lo que no acabo de contabilizar es el tiempo que pierdo con detalles de mi familia (no estoy de ninguna manera afirmando que mi familia no valga ese rato, pero es pérdida de tiempo al fin y al cabo), que van desde cosas tan simples, como agacharme a buscar los zapatos de mi madre, porque a ella le da flojera...

Bueno. Semiarreglada con mi mejor cara, y tratando de esperar lo mejor de la velada, llegamos al lugar... y encontramos la antesala al salón plagada de pingüinos!

... Es una manera de decirlo.

Todos los hombres estaban de tuxedo/traje de gala: corbatín, faja y saco de caída, negro y blanco. Luego, por tratarse de una boda judía (Ana Paula optó por la conversión siendo originalmente católica), todos los hombres debían llevar un kipa (ignoro si esté bien escrito), que es el curioso gorrito blanco que usan en la cabeza.

El sitio en que se casaban, la jupa (nuevamente, ignoro si escribí esto correctamente), era un bonito altar, armado con columnas de bambú, con un techo insinuado con tela y lus difusa. Según entendí, es parte de la ceremonia, que simboliza el hogar de los prometidos, con un techo sobre sus cabezas, pero sin paredes, demostrando que estan abiertos aún para su familia y amigos.

La boda en sí, fué más emotiva por la sonrisa radiante de los novios, que porque los invitados entendiéramos que estaban diciendo. De hecho, la mitad de la ceremonia fué cantada (cosa rara) y los votos matrimoniales estaban en hebreo sin subtítulos. Supuestamente en algún punto, los invitados teníamos que gritar Mazal Tov pero a falta de saber cuando y evitarnos el bochorno de gritarlo antes o a mitad aún de la ceremonia, decidimos esperar a ver que hacian los judios presentes... sui hubiéramos podido saber quien era de qué religión.

Termina la boda, rompen la copa y vámonos para el otro salón a festejar.

Creo que acomodar a los invitados, debe ser un dolor de cabeza para los novios. A mi hermano y a mi nos sentaron en la mesa de "los hermanos", junto a las bocinas, y como Otto también tenía un "crush" con Ana Paula, empezó a beber un martini tras otro. A mi ninguna de las bebidas me agradó particularmente, y en la espera de un dulce vino, me la viví de agua simple.

Del menú, bien... se trató de sushi. No es precisamente lo que yo me hubiera imaginado en una boda, pero que remedio.

Obviamente, aproveché la cámara del celular para tomar múltiples fotos, aunque la luz ambiental no ayudaba a la definición, el chiste es tener el recuerdo. Para fotos al album de calidad profesional contrataron a un fotógrafo, y para el video, a un camarógrafo. Lo malo, es que mi hermano al punto empezó a pedirme el aparato para tomar él algunas, y ya bastante alcoholizado, se le metió la feliz idea de que él merecía, necesitaba y demás imperativos verbos, un celular última generación (nótese que el mio, a pesar de flamantemente nuevo, es modelo no tan reciente). Y así estuvo duro y dale con mi madre, porque la opción de comprárselo él por su propia cuenta, estaba fuera de cuestión.

Poco a poco comenzó a vaciarse el salón, después de ratos de peculiar baile y aún más peculiar música (de todo ellos tengo unos cuandtos cortos de video de 10 segundos, pero bastan para darse una idea), me invitaron al cambio de mesa, que las bocinas incluían masaje por vibración de lo cerca que estaban.

Para colmo de males, mi hermano, ya algo borracho, se puso de cariñoso, y a mi que me repele, él y su aliento alcoholico, no me hizo ni tantita gracia, así que la perspectiva de pasar el resto de la velada con un simpático marido de una amiga de mi mamá, político el hombre, fué un agradable cambio. En general, me agrada hablar con gente mayor, o más bien escucharlos, y el señor en cuestión hubiera sido más interesante, si hubiera podido escuchar su plática en lugar de tener que leerle los labios, por el volumen reinante.

Concluida la cena, el postre, el baile y la conversación, nos levantamos para irnos. Mi hermano se llevó recuerditos: un sombrero, penacho, antifaz y collares que brillan en la oscuridad del baile, unas flores de los arreglos y una botella de absolut del "drink". Comentó la esposa del político que me entretuvo, casi llorando de risa, que le faltó una mesa y una de las sillas del bar para su colección. Y creo que realmente consideró la idea, así que nos fuimos de ya, antes de que se convenciera.

Prestos para la partida, mi mamá y mi hermano empezaron a discutir por quien manejaría (ganó por amplio margen mi mamá, con su mucho menos ostentosa borrachera)... Lo que es la falta de sentido común: yo era la que no había bebido nada y ni siquiera consideraron la idea.

Camino a casa, y cerca de un semáforo en preventiva, empiezo a insistirle a mi mamá que se detenga. Son las tantas de la mañana y aunque Revolución esta casi vacio, me hace caso, más para callarme que porque pensara que estaba siendo sensata. Y en eso, el coche que iba a nuestro lado cruza como bólido la intersección y choca estrepitosamente con la defensa trasera del coche que estaba cruzando la calle, ya en siga de su lado, y avanza un par de metros antes de detenerse a ver los desperfectos... a la vuelta de la esquina y lejos de la vista del otro coche chocado. Y es que el otro se llevó la peor parte. Para empezar, estaba con luz verde cuando cruzó, y el golpe en la retaguardía hizo dar un giro entero al coche, antes de que frenara en secó contra un poste por la parte de entrente. Quedó tamaño 'vocho" despues de una dieta.

Obvio, a mi hermano a mi mamá se le bajó bastante el alcohol y el color, y la luz roja duró lo suficiente como para ver que ambos conductores estaban conscientes y podían arreglarlo por cuenta propia, así que no nos detuvimos. Calladitos, calladitos, llegamos a casa, nos acostamos a dormir un rato y hasta mañana....

De mi domingo, escribo después... y de hoy también, que estoy francamente cansada...

+C'ya!...+

[Your thoughts]

1 Comments: [Your Thoughts]

Anonymous Anonymous said...

A ver si luego te rolas los videitos y fotos k tomaste para darse una idea mas clara de tu diversion sabatina

8:06 pm  

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